Parece que ya no estamos.
Si nos detuvimos alguna vez, aunque solo nos mirásemos, el ligero recuerdo volatilizó las ganas de volver a intentarlo.
Hay cierta paz en este desánimo,
Una rendición que me permite solapar la tristeza con la fe en el futuro inmediato.
Me auto proclamo vencedora de las batallas que libramos.
Fui conocedora de todos nuestros desastres.
De dar aliento a tus sueños desesperados,
Y sin embargo ahora somos retazos.
Hay cierta paz en este desánimo,
Déjame mirarte sin la congoja de no haber sido lo que esperábamos.