Me gustaba que entendieras mis silencios.
Que no necesitaras buscar significado a los momentos que compartíamos,
que fuéramos sin preocuparnos por lo que podíamos llegar a ser.
Que me quisieras libre para perseguir mis sueños e hicieras nuestros mis propios logros.
Me gustaba tu risa, tu alegría, tu manera de ver la vida, tus manías, tu rabia contenida ante las injusticias.
Me gustabas tú y todas las versiones posteriores que te hicieron madurar con el tiempo.
Me gustabas lo suficiente para dejarte ir cuando dejamos de comprendernos.
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