Creo que no hace falta decir que leer es una gran fuente de inspiración. En esos días en que el bloqueo decide hacer acto de presencia, me encomiendo a un libro e intento liberar la mente. Leo todo tipo de géneros, buenos o malos, no importa. De todos ellos siempre se puede sacar algo útil. Pero hasta hace poco no me había interesado verdaderamente por los clásicos, me negaba a salir de la línea romanticona/juvenil a la que estoy acostumbrada. Fue toda una sorpresa descubrir que no solo me inspiraban sino que podía aprender muchísimo de ellos. Me considero una devoradora de libros, cuando empiezo no puedo parar pero con los clásicos aprendí a ir despacio para analizarlos detenidamente.Hoy quiero dedicar un post a “Por quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway.
Narra la historia de Robert Jordan, un soldado americano especialista en explosivos, que lucha del lado de los republicanos en la guerra civil española. Cuando se dirige a las montañas para volar un puente buscando la ayuda de los milicianos que se esconden allí, conoce a María, una joven que ha tenido una mala experiencia con los fascistas y de la que se enamora al instante. El libro gira entorno a los tres días que tienen para organizar la voladura del puente, y en los que Roberto y María viven su historia de amor intensamente, como si no hubiera un mañana.
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